EGIPTO.- Mohamed Mursi no fue un político o presidente especialmente carismático, pero desde que en julio de 2013 fue derrocado por el Ejército, al menos para sus seguidores está rodeado por el aura de los mártires perseguidos sin piedad. Hoy, un tribunal de El Cairo le condenó a muerte por orquestar una fuga carcelaria masiva durante las revueltas de 2011 contra Hosni Mubarak. 

Mursi, hijo de un agricultor, nació en 1951 en un pueblo de la provincia de Sharkia y cursó parte de sus estudios en Estados Unidos. 

Pertenece al ala conservadora de los Hermanos Musulmanes, organización actualmente prohibida en el país y se convirtió en el primer presidente elegido libremente en la historia de Egipto casi por casualidad. 

La organización le presentó en 2012 como candidato en el último momento, después de que la Comisión Electoral descartase a Jairat al Shater, uno de los pesos pesados de los Hermanos. Por eso los egipcios le pusieron el sobrenombre de "rueda de recambio". 

Mursi ganó las elecciones presidenciales por un estrecho margen y se vio atado a la rígida agenda islamista de los Hermanos Musulmanes. Pero muchos egipcios le votaron únicamente porque su adversario era un hombre del viejo régimen. 

Esos votantes se distanciaron cada vez más y comenzaron las protestas masivas contra el estilo autoritario de Mursi, que finalmente fue derrocado por el Ejército en julio de 2013. El jefe militar Abdel Fatah al Sisi, que lideró el golpe de Estado, se convirtió en presidente del país tras las elecciones de junio del año pasado.